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CANTO A MÍ MISMO
Me celebro a mí mismo,
y cuanto asumo tú lo asumirás,
porque cada átomo que me pertenece,
te pertenece también a ti. [...]
Walt Whitman. Hojas de Hierba.
lunes, 28 de marzo de 2011
viernes, 25 de marzo de 2011
Reflexiones sobre una palabra
El último pájaro cazado fue una palabra mentirosa.
Era tan hermosa que la acopléen una jaula de oro.
Esperando su canto pasaron los díasy el ave resplandecía, majestuosa, agazapada en un rincón.
Y el canto no llegaba, pero ella estaba viva.Pero no volaba, sólo estaba en su rincón, hermosa.Una tristeza como la niebla comenzó a embargar mi alma.
¿Qué pasaba con esta ave cuya visiónme transmitía ganas de llorar?
¿De qué cielo se había escapado?La palabra permanecía inmutable, rígida en su soledad;
ni siquiera pretendía engañarme: sólo estaba allí.Una congoja subió hasta mi boca,
y la emoción fue tal que por fin comprendí la verdad:las palabras mentirosas deben ser libres
para posarse en muchas ramas,para anegar el alma de las personas y hacerlas felices,
o hacerlas desgraciadas.Las palabras mentirosas existen para llevarnos por caminos
nunca transitados; para perdernos o para encontrarnos.Respiré, libre al fin, y abrí la jaula.
Josefa
martes, 22 de marzo de 2011
Aves de corral
de imposturas. La vuelvo corral y granja,
la finjo grande y te llamo a casa.
Doy rienda suelta al espectáculo y te lucho,
con un fin, con tu objetivo.
Donde acabe cualquier mundo imaginario
construiremos el nuestro, más vivo y claro. Real.
Una órbita común de la que colgarnos,
un agujero negro al que lanzarnos, de cabeza.
Una tarde fugaz y el invierno
se ha exprimido entre mis manos,
cúmulo de sangre en forma de deseo,
lágrimas que empapan, a ratos, mi espina dorsal.
Y parece agua bajo mis pies, aunque
podría ser cualquier sustancia:
abstinencia, olvido, nostalgia, miseria.
Miseria, abstinencia, olvido, nostalgia.
Otra forma de explicártelo,
otra forma de buscarte.
O tan sólo otro renglón.
Julia Mena García
miércoles, 16 de marzo de 2011
ESTACIÓN 89
ESTACIÓN 89
El tren pasa.
Estación 89, y nada más.
De largo pasa, lleno de cosas;
lleno de trastos pasa, hasta el horizonte.
Y aquí, en la estación 89,
los viajeros miramos pasar un tren,
un tren cargado de cosas,
de cosas olvidadas;
cargado de restos de cosas
que fueron y ya no son.
Son cosas que pasan,
pasan por la estación 89,
y yo las miro pasar
mientras seco una lágrima
muy rebelde.
Una lágrima en la estación 89
y un tren que pasa, que pasa…
Josefa. Marzo 2011