CANTO A MÍ MISMO

Me celebro a mí mismo,

y cuanto asumo tú lo asumirás,

porque cada átomo que me pertenece,

te pertenece también a ti. [...]

Walt Whitman. Hojas de Hierba.



domingo, 28 de noviembre de 2010

BIUTIFUL

BIUTIFUL. (De Fotogramas, año 64; número 2.006. Diciembre 2010.)
El mejicano Alejandro González Iñárritu descubre en Barcelona un universo, el de la inmigración ilegal, a través del cual ilustrar su visión de una realidad que afecta a toda Europa. El director nos lo explica. Por Manuel Yáñez Murillo (Festival de Cannes).
EL ORIGEN DE “BIUTIFUL”
“La primera idea o atmósfera fue sugerida por el Concierto para piano nº 3, de Ravel, un adagio hermosísimo que marcó el universo emocional de la película. Inmediatamente después apareció en mi cabeza un personaje que me dijo: Hola, soy Uxbal. Entonces vi el rostro de Javier Bardem, y a partir de ahí se inició una senda de escritura apasionante. Fue mi primera aventura sin Guillermo Arriaga en el guión, con el que cerré un ciclo natural de colaboración muy exitoso”.
CINE NECESARIO
“Hago películas para la gente que desea ver su humanidad reflejada en la gran pantalla, algo poco habitual hoy en día. El cine está lleno de superhéroes de cómic, remakes, el cinismo de los asesinos cool, el humor irónico… Toda esta superficialidad ha invadido una industria que está diseñada para niños de 12 años. Me preocupa pensar de dónde sacarán las nuevas generaciones sus referentes de humanidad. Biutiful apela a explorar cosas que para mí son normales, como la muerte. Algunos piensan que la muerte es un tema extremo, pero no se dan cuenta de que es lo más seguro que tienen en la vida”.

En la entrevista a Javier Bardem:
“El primer acercamiento a un personaje siempre está marcado por los anhelos y ansias propias. En este caso deseaba que el personaje me atrapase por lo mucho que admiro a Alejandro (González Iñárritu). Además, en la primera lectura del guión es inevitable que intentes encontrar algo de ti en el personaje, algo que a veces no te deja ver el corazón de la historia. Consciente de ello, en cuanto terminé la última página, volví a empezar y entonces descubrí que la película hablaba sobre algo conmovedor: la compasión como el último signo de salud y dignidad en un mundo marcado por la corrupción y la explotación, el mundo en el que vive Uxbal. La película muestra una sociedad enferma en el que el último rastro de luz está en los hijos de Uxbal.
“-¿Y cómo planteó su acercamiento físico y psicológico al personaje de Uxbal?
La clave está en el momento en que terminas esa segunda lectura. Llegado ese punto se produce en ti un cambio, algo casi hormonal que te lleva hacia algún lugar todavía incierto: puede ser un olor, una sensación física, un sentimiento… Y eso es importante retenerlo porque va a ser la fuente de la que vas a extraer la esencia del personaje. Pero ahí se produce un equilibrio delicado: ¿cómo fijar el límite entre tu identidad y la del personaje? Evidentemente, yo no he matado a gente con una pistola de aire comprimido, no he vivido parapléjico más de 30 años y tampoco he sido un poeta cubano perseguido por una dictadura (se refiere a No es país para viejos, Mar adentro y Antes que anochezca, tres de sus títulos más conocidos), pero a través de situaciones lejanamente parecidas y adecuadamente magnificadas puedes llegar a empatizar con esos personajes. Con Biutiful, el reto consistió en alejarme un poco de mí mismo para poder construir algo nuevo y real. Fue todo un aprendizaje. El rodaje se extendió durante cinco meses, trabajábamos casi seis días a la semana, 12 horas al día… Vivir permanentemente en el estado de fractura emocional que atraviesa Uxbal hubiese sido imposible de soportar”.

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