Soy un verso libre, irregular y plebeyo.
Ni mi madre fue una Lira, ni mi padre, un Soneto.
No crecí a la vera de un jardín florido y aromático;
ni en un salón de tapices adornado.
Fueron mi casa los caminos de la vida;
mi gente, árboles, fuentes y animales.
Las sinalefas marcan mi rima y
me acompañan en mi danza, como pasos elásticos.
Siempre me gustó ir rápida por la vida, y tropezar,
y caer al abismo de lo inesperado. Por eso,
ni el verso primero, ni el tercero, ni el octavo…
quisieron rimar conmigo. Ni quieren.
Suelto las palabras en cascada, como ríos trepidantes
que, pendiente abajo,
deslizan los fonemas, las sílabas,…
y me convierto en verso al fin,
palabra con sentido, pero sin rima.
En su estilizada torre me mira, altanera, la Retórica,
pero me cruzo de brazos: ¿y por qué no?
Soy plebeya, inculta, ignorante y demente.
Paso de puntillas por la Gramática y me asomo
a un balcón donde huelen las flores
que nunca adornan los salones exóticos y suntuosos.
Soy liviana, vulnerable e ingenua,
pero aún conservo la pasión y el deseo…
de correr pendiente abajo, en busca
de mi rima personal, de mi sonido.
¿Dónde se halla la melodía que busco?
Quiero romper mi alma en trozos diminutos
y que cada uno de ellos se convierta en sonido,
y rimar, en asonante;
rimar en asonante, siempre.
Josefa
!Bravo, Josefa! Sigue soltando palabras en cascada, que otros recogerán...
ResponderEliminarMaribel
¿Dónde se halla la melodía que busco?
ResponderEliminar"Quiero romper mi alma en trozos diminutos
y que cada uno de ellos se convierta en sonido,
y rimar, en asonante;
rimar en asonante, siempre."
me gusta