CANTO A MÍ MISMO

Me celebro a mí mismo,

y cuanto asumo tú lo asumirás,

porque cada átomo que me pertenece,

te pertenece también a ti. [...]

Walt Whitman. Hojas de Hierba.



jueves, 9 de febrero de 2012

Acordaos, por Dios, señora...

   

Acordaos por Dios, señora,

quánto ha que comencé

vuestro seruicio,

cómo vn día ni vna hora

nunca dexo ni dexé

de tal officio.

Acordaos de mis dolores,

acordaos de mis tormentos

qu'e sentido,

acordaos de los temores

y males y pensamientos

qu'e sufrido.

Acordaos cómo en presencia,

me hallaste siempre firme

y muy leal,

acordaos cómo en ausencia

nunca pude arrepentirme

de mi mal.

Acordaos cómo soy vuestro

sin jamás auer pensado

ser ageno,

acordaos cómo no muestro

el medio mal qu'e passado

por ser bueno.

Acordaos que no sentistes,

en mi vida vna mudança

que hiziesse,

acordaos que no me distes

en la vuestra vna esperança

que biuiesse.

Acordaos de la tristura

que siento yo por la vuestra

que mostráys;

acordaos ya, por mesura,

del dolor qu'en mí se muestra

y vos negáys.

Acordaos que fuy sugeto

y soy a vuestra belleza

con razón;

acordaos que soy secreto,

acordaos de mi firmeza

y afición.

Acordaos de lo que siento

quando parto y vos quedáys

o vos partís;

acordaos cómo no miento,

aunque vos no lo pensáys

según dezís.

Acordaos de los enojos

que m'aués hecho passar

y los gemidos;

acordaos ya de mis ojos,

que de mis males llorar

están perdidos.

Acordaos de quánto's quiero,

acordaos de mi desseo

y mis sospiros;

acordaos cómo si muero

destos males que posseo,

es por seruiros.

Acordaos que lleuaréys

vn tal cargo sobre vos

si me matáys,

que nunca lo pagaréys

ant'el mundo ni ante Dios,

aunque queráys;

y aunque yo sufra paciente

la muerte, y de voluntad

mucho lo hecho,

no faltará algún pariente

que dé quexa a la'rmandad

de tal mal hecho.

Después que pedí justicia,

torno ya pedir merced

a la bondad,

no por c'aya gran cobdicia

de beuir, mas vos aued

ya piedad;

y creedme lo que os cuento,

pues que mi mote sabéys

que dize assý:

Ni miento ni me arrepiento,

ni jamás conosceréys

ál en mí.

[Cabo]

Por fin, de lo que dessea

mi seruir y mi querer

y firme fe,

consentid que vuestro sea,

pues que vuestro quiero ser

y lo seré.

Y perded toda la dubda

que tomastes contra mí

d'ayer acá,

que mi seruir no se muda

aunque vos pensáys que sí,

ni mudará.


Jorge Manrique

No hay comentarios:

Publicar un comentario