Con sentido
El otoño ha sacado, por fin,
sus ropas del armario
y orgulloso pasea entre charcos y brumas.
Un vago tufillo de melancolía
emerge del asfalto y se posa
en las hojas de los árboles que,
cansadas de la vida,
en el suelo sucumben.
Ya han completado su círculo
y ahora llega el momento de la gloria:
ser inmortalizadas en una foto turística,
acariciadas por un amante distraído
o barridas por un jardinero diligente.
Los ocres y amarillos hermosean
el gris otoñal y con ellos
la vida es menos rutina,
menos camino.
Todo tiene sentido en esta vida sin él.
Josefa
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