CANTO A MÍ MISMO

Me celebro a mí mismo,

y cuanto asumo tú lo asumirás,

porque cada átomo que me pertenece,

te pertenece también a ti. [...]

Walt Whitman. Hojas de Hierba.



miércoles, 28 de noviembre de 2012

Un gato no


Venían de un largo viaje y estaban cansados.
El sofá se les apareció como un tesoro familiar
donde hundir sus  marchitas existencias.
Habían ido despojándose de prendas y sembrando
con ellas los caminos transitados,
y llegaron a casa prácticamente desnudos.
El calor del hogar ya no era como antaño,
apenas caldeaba la sangre dormida, pero
aun así les resultó confortable pues venían
del frío de la vida.
Allí se dejaron caer y abrazaron sus manos
cual  último reducto conquistado y se
miraron a los ojos, y el temor se reflejó
en ellos…
Nada les quedaba de antaño y un campo desolado era su hogar porque ya no había  alegría, ni  esperanza, y aún menos romanticismo, o  ilusión por vivir.
Solo había un viejo sofá de colores desvaídos que soportaba estoico el peso de aquellas sombras vacías.
Un gato no saltaba sobre el respaldo ni dejaba sus huellas en el suelo polvoriento.
Tal vez, no había puerta para cerrar.
Ni para salir.

                                              Josefa



















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