Condenado a 10 años un kuwaití
por blasfemar en Twitter
Segunda condena en casi un mes de un bloguero por un
delito vinculado a la libertad de expresión
condenó este
lunes a 10 años de cárcel a un bloguero por “poner en peligro la seguridad del
Estado” al insultar a Mahoma y a los gobernantes suníes de Arabia Saudí y
Bahréin, según informó su abogado citado por agencias de noticias. Es el
segundo caso en menos de un mes en que un bloguero es condenado por un delito
relacionado con la libertad de expresión en ese emirato, considerado uno de los
más liberales y democráticos de la península Arábiga.
Hamad al
Naqi, de 22 años, estaba acusado de haber colgado entre el 5 de febrero y el 27
de marzo comentarios en su blog y tuits que insultaban al profeta de los
musulmanes y a varios de sus compañeros. Al Naqi, que se declaró inocente, ha
defendido que él no colgó esos mensajes y que su cuenta de Twitter fue
pirateada. Esa defensa no ha evitado que el tribunal le condene a la máxima
pena posible por el delito que se le imputaba, según explicó su abogado, Jaled
al Shatti, a Reuters.
“Vamos a
presentar un recursos y somos optimistas de que se anulará el veredicto”,
declaró Al Shatti citado por France Presse.
La acusación
y varios políticos habían pedido la pena de muerte, una actitud sobre la que
sin duda pesaba el hecho de que Al Naqi sea chií. Para la fiscalía, sus
palabras alimentaban el sectarismo dentro de la sociedad kuwaití. El pasado
abril, otro tribunal condenó a un suní por haber expresado, también en Twitter,
ideas insultantes para la comunidad chií. A resultas del debate abierto en
Kuwait cada vez más polarizado, el Parlamento introdujo en mayo una nueva ley
que castiga con la pena de muerte los delitos de blasfemia e insultos a Mahoma
y a sus esposas, pero que aún no ha entrado en vigor.
Un tercio de
los 1,2 millones de kuwaitíes son chiíes. Aunque tradicionalmente han convivido
sin problemas con la mayoría suní, en tiempos de crisis siempre han salido a la
superficie las diferencias doctrinales que dividen a ambas ramas del islam.
Sucedió durante la guerra entre Irak e Irán (1980-1988), cuando el Gobierno se
alineó con Bagdad frente a Teherán y algunos vieron en los chiíes a una quinta
columna del enemigo. Las sospechas subyacen ahora a la penúltima crisis
política en la que los islamistas suníes acusan a los chiíes de apoyar a la
familia real y frenar el giro conservador que ellos quieren impulsar desde el
Parlamento.
Pero la
libertad de expresión sigue siendo una asignatura pendiente en ese emirato que
hace un par de décadas era el más liberal y democrático de la zona. También en
mayo, otro bloguero kuwaití, Lawrence al Rashidi, fue condenado a 10 años de
cárcel y multa de mil dinares (unos 3.000 euros) por “insultar al emir y sus
poderes” en varios poemas que subió a YouTube. La sentencia fue criticada por
la Red Árabe
por el Derecho a la Información (ANHRI). De acuerdo con esta ONG la
libertad de expresión ha alcanzado un nuevo mínimo en Kuwait.
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